martes, 22 de enero de 2013

Opinión: The Wilson that Refuses to Sing

¿Qué se puede decir sobre Steven Wilson que no se haya dicho ya? Más bien poco, la verdad. Todo el mundo ha hablado largo y tendido sobre este señor: genio irrefutable, imitador de Robert Fripp, renovador del género, jetas inconmensurable, eterno adolescente incomprendido... Lo único que no se puede decir de Wilson es que sea vago, y si bien este año no ha sido muy prometedor en cuanto a sus lanzamientos (un buen disco en directo no compensa un tediosísimo disco de estudio), 2013 parece que va a volver a la carga.

De hecho, ya ha vuelto. El nuevo disco de estudio de Steven Wilson, The Raven that Refuses to Sing, se ha filtrado por la Red de Redes y ya está disponible para su descarga ilegal. Y aunque seguramente haré un análisis más detallado del disco en cuestión (creo que a uno de mis cinco lectores le hará especial ilusión), os voy a comentar mi impresión tras la primera escucha.

Mmmmmmmmmmmmmph, me va a costar esto...

Os voy a ser sincero: no tenía mucha fe en este disco. Y ver la portada me hacía perder aún más fe. Quiero decir... ¿En serio? ¿Esa es la línea estilística que buscas, Steven Wilson? ¿Dibujos a medio garabatear dignos de la carpeta de un adolescente fan de 30 Seconds to Mars? ¿Y el título? ¿Y un cuervo? Uau, la representación de tus conflictos internos es tan insultantemente transparente que parece propio de un estudiante de Bellas Artes imitando a Tim Burton más que del nuevo gurú del prog.

Pero mi falta de fe no era sólo por la portada. Su anterior disco de estudio en solitario, Grace for Drowning, fue tan bien recibido por público y crítica que me esperaba un desastre continuista para este siguiente. Mejores y más experimentados músicos han caído en ese error, no era de locos pensar que el bueno de Steven haría lo mismo.

Porque de hecho, si de algo se puede acusar a Steven Wilson es de fijarse demasiado en sus influencias. Tiende a pensar más en qué espera la gente de su música más que en la música en sí, a ser demasiado poco... Digámoslo claro, no sonaba honesto. Excelente música, pero no era honesta. Tan sólo hay que escuchar The Sky Moves Sideways, uno de sus temas más antiguos, para ver que no digo ninguna mentira. O Russia on Ice, o Radioactive Toy, o The Sleep of No Dreaming, o Tinto Brass, o... Pero eh, poco a poco fue desarrollándose como músico y a encontrar su sonido, y sus discos fueron cada vez más personales y únicos. Bueno, salvo por Time Flies... ¡pero era intencionado! ¡Eso no cuenta!

Predecible o no, nadie puede negar la labor de Steven Wilson por el rock progresivo. Ha sido el encargado de remezclar y relanzar al mercado varios de los discos más importantes de la historia del movimiento, así como encargarse de la macro-campaña del 40 aniversario de King Crimson. Además, una de las razones de que el progresivo vuelva a estar en las portadas de la prensa "especializada" es él, con el permiso de Muse (lo cual debería hacernos planearnos muchas cosas. Quiero decir, si es necesario Muse para hablar de prog en la Rolling Stone... no, eso lo comentamos otro día.).

Y puedo entenderlo. Su música era un extraño equilibrio perfecto entre rock progresivo, pop elegante, música alternativa y ese toque emo-oscuro, que hacía que gustara tanto a fans de Camel, Dido, Radiohead y Panic! at the Disco. Una fórmula inmejorable, gustaba a todo el mundo y era respetado por toda publicación melómana. 

En ningún momento digo esto en detrimento de su calidad, no quiero que penséis que la música no sea buena. De hecho, este último LP puede que sea el mejor de los tres de su carrera en solitario. Yo mismo me considero fan de su música y su sonido, desde el prog bañado de ácido de sus primeros trabajos hasta las suaves guitarras de Trains, o de sus golpes más metálicos de estos últimos años.

Y si algo se puede decir de este disco, es que es la culminación máxima de toda su carrera. Una amalgama completa de todas sus influencias, todas sus vertientes y todos sus estilos compositivos. Parece que los LPs anteriores eran pequeños escalones hasta llegar a The Raven that Refuses to Sing. Eso tiene que ser algo bueno, ¿no?

Mmmmmmmmmmmmmph...

Pongámonos en situación: Steven Wilson, líder de un sinfín de proyectos musicales (algunos de ellos infumables y otros de ellos muy interesantes) decide poner fin a Porcupine Tree para centrarse en su carrera en solitario. Después de dos discos, aparece el tercer LP. El de consolidación. El que debe confirmar que éste es su nuevo proyecto central.

El disco abre con Luminol. ¿A qué suena? A Porcupine Tree.

El segundo corte, titulado Drive Home, ¿a qué suena? A Porcupine Tree.

El cuarto tema, The Pin Drop, ¿a qué suena? A Porcupine Tree.

...

Hum...

¿Qué cojones...? ¿Por qué matar Porcupine Tree si vas a sonar a lo mismo de siempre?

Así que después de alzar tu banda a los cielos del respeto, siendo considerada por mucha gente una de las formaciones abanderadas del movimiento progresivo de los noventa, la desmontas, dejando un excelente legado tras de sí, para iniciar una carrera en solitario que ha ido evolucionando hasta sonar como la banda que acabas de desmantelar... Su carrera en solitario se cimienta en una simple estratagema para hacer lo mismo de siempre, pero habiendo atraído la mirada de todo el mundo después de hacer un poco de ruido con el fin de una buena banda musical. ¿En qué lugar deja eso a sus fans?

¿Soy el único que cree que Steven Wilson nos ha hecho perder el tiempo a todos? ¿Después de conseguir que Porcupine Tree tenga un sonido y una identidad propia vuelve deliberadamente a la primera casilla, donde su sonido era tan programado que casi entraba en la categoría de música derivativa? Viendo lo que ha hecho, ¿es digno ver por qué ha muerto Porcupine Tree? Prefiere Steven Wilson mantener en activo Blackfield, Bass Communion y el infumable Storm Corrosion... ¿pero Porcupine Tree no se merece una inversión de tiempo por su parte?

Siento que The Raven that Refuses to Sing es la confirmación del gigantesco rodeo sónico que ha dado Steven Wilson desde 1991. Siento que este disco es la representación de un artista que evoluciona e involuciona volviendo a su estado embriónico. Siento que este LP intenta desesperadamente ser progresivo, y un disco tan transparente puede pasar para un debutante, pero Steven Wilson lleva muchos años en la cima como para excusarle. Siento que éste es el disco donde puedo mirar a los ojos a todo el mundo que critica a Steven Wilson diciendo que su prog de diseño es demasiado obvio y decir: "estoy con vosotros". Siento que The Raven that Refuses to Sing es el mejor disco de toda la carrera de Steven Wilson. Y que su mejor disco sea el que me haga sentir perder el tiempo, no puede ser buena señal.

martes, 8 de enero de 2013

Los Mejores de 2012, Final [Top 10]

Si hay algo más bloggero que los incesantes soliloquios con signos de puntuación demasiado escasos son los Top 10. En este Top intentaré resumir lo mejor de un año muy fructífero para el rock progresivo. Los tiempos han cambiado mucho desde los 70: el progresivo y el han pasado a ser hermanos inseparables, el monopolio de productividad ha dejado de estar en Reino Unido para mudarse a tierras más frías y los espejos sobre los que se reflejan las nuevas bandas han dejado de ser The Beatles y Yes. 

No obstante, si algo nos ha enseñado este 2012 es que el rock progresivo es más progresivo que nunca, expandiendo su definición hasta rincones impensables hace no demasiado tiempo. Esperemos que esta tónica sea la dominante el año que viene y que el rock progresivo no deje de avanzar. Mientras tanto, echaremos un vistazo a lo mejor de 2012.

Antes de empezar, un par de obviedades.

1. Sólo se incluirán discos de estudio. Nada de directos, ni de recopilatorios, ni de reediciones.
2. No he escuchado todos los discos publicados este año. Si hay alguna obra maestra que dejo fuera, probablemente es que no la he escuchado (ya hablaría de ella en otro post). Aunque también puede ser que no me parezca tan maestra.
3. Esta es mi opinión personal. Sólo mía. No intento aleccionar a nadie ni menospreciar ninguna otra opinión.

Dejando esto claro, empecemos: 

Número 10

Artista: Headspace
Álbum: I Am Anonymous
Género: Progressive Metal
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Inside Out Music

Headspace presentan CV ante el abarrotado panorama de progresivo metálico de influencias dreamtheaterianas, y se convierten en una de las bandas a tener en cuenta en años venideros. Y es que una banda formada por el bajista de Steve Hackett (Lee Pomeroy), el colaborador recurrente de Arjen Anthony Lucassen (Damian Wilson) y el hijo del teclista más famoso del progresivo (Adam Wakeman) no podían entrar en la fiesta de forma discreta. I Am Anonymous es un sólido debut, el cual por desgracia no mantiene el nivel en su último tramo, pero compensado con creces con la calidad de una cara A muy digna. No es un disco perfecto, pero sólo estamos empezando.

Número 9

Artista: Beardfish
Álbum: The Void
Género: Eclectic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Suecia
Sello Discográfico: Inside Out Music

Tengo que ser totalmente honesto: no he seguido la carrera de Beardfish con demasiada atención. Había escuchado algún disco antiguo y sabía de su evolución hacia un sonido más metal, pero poco más. Así que cuando escuché The Void, lo hice sin tener en cuenta sus discos anteriores, algo que normalmente afecta a la impresión de un LP, pero que me ha servido para valorarlo por lo que es, y no por lo que debería ser. En este disco Beardfish entra con comodidad en la categoría de bandas de metal progresivo, pero consigue esquivar la etiqueta de clon de Dream Theater o de clon de Opeth (¿tan difícil es que tan pocas bandas lo consiguen?). No sólo eso, sino que tras la distorsión y la agresividad puedo entrever aquella banda que gastaba un estilo más cercano a Gentle Giant que a Queensrÿche. Y además, es un disco muy sólido. Desde la intro narrada de la primera pista te atrapa hasta el fin del álbum, y eso no es poca cosa. Quizá cuando profundice en la banda cambie de parecer, pero por ahora, The Void es uno de los discos del año.

Número 8


Artista: Magma
Álbum: Félicité Thösz
Género: Zeuhl
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Francia
Sello Discográfico: Seventh Records

Magma lleva un tiempo viviendo una segunda época dorada, habiendo facturado 2 de los mejores discos de su carrera. Christian Vander publica en Félicité Thösz un antiguo tema de directo, que ahora ve su lanzamiento de estudio. Es un disco excesivamente corto (apenas supera la media hora de duración), pero en él encontraremos quizá el LP más accesible de Magma, un sitio fantástico para que los no iniciados se adentren en la saga espacial.

Número 7

Artista: Neal Morse
Álbum: Momentum
Género: Symphonic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Estados Unidos
Sello Discográfico: Century Media

Neal Morse es uno de los músicos más queridos y respetados del panorama actual. Tanto su carrera en solitario, como el supergrupo Transatlantic, están considerados dos de los pilares fundamentales del progresivo actual, además de la innegable influencia que ha tenido su banda original, Spock's Beard, en la música actual. No obstante, desde Sola Scriptura parecía haber tomado un camino demasiado cómodo (primero con el mediocre Lifeline y después con el continuista y nada arriesgado Testimony 2). Momentum, en cambio, es el disco más fresco de Neal Morse en años, uno de los más variados de su carrera y, por fin, libre de propaganda cristiana en sus letras. Y por si fuera poco, una continuación de la saga Thoughts. Si eso no es meritorio, ya puede retirarse el padre del new-prog americano.

Número 6

Artista: Rush
Álbum: Clockwork Angels
Género: Heavy Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Canadá
Sello Discográfico: Roadrunner Records

Es tan gratificante hablar de este disco. Porque hablar de Rush es hablar de una de las bandas más influyentes e importantes de la historia del rock contemporáneo. Han escrito algunas de las páginas más gloriosas de la música moderna y tienen su lugar en la historia. Así que no es descabellado pensar que la banda se acomodaría y editaría discos de fácil agrado para los fans de largo recorrido, para después montar la rutinaria gira mundial, para tocar los rutinarios temas de siempre, quizá incluir un par de temas del último disco en el repertorio... En lugar de eso Rush presenta su mejor disco desde el clásico Moving Pictures, un LP totalmente apabullante, con una solidez increíble y, su mayor virtud, ese intento de autosuperación, propio de una banda de poca vida, pero tan escasa en los viejos dinosaurios. Clockwork Angels es un Rush intentando conseguir el codiciado 11 sobre 10, el sexto tenedor. Una banda que lo tiene todo, ¿por qué se molesta? Después de escucharlo, la pregunta cambia: ¿por qué no se molestan el resto de grupos?

Número 5

Artista: Ian Anderson
Álbum: Thick as a Brick 2: Whatever Happened to Gerald Bostock?
Género: Progressive Folk
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: EMI

Puede parecer un movimiento demasiado poco atrevido, pero hacer una secuela de uno de los mejores discos de toda la historia es algo con lo que hay que ir con mucho cuidado y mano firme. Ian Anderson no sólo consigue un álbum a la altura del original, sino que consigue el Santo Grial de las secuelas: otorgar a cada parte una identidad diferencial. Thick as a Brick 2 crea más leit-motivs de los que recupera, rompe más moldes de los que recicla, y le añade una nueva vuelta de tuerca a la ya de por sí enrevesada parodia. Se hace algo extraño escuchar un disco de Jethro Tull o de Ian Anderson sin su fiel escudero Martin Barre, pero la música de este LP justifica con creces el volver a capar el anonimato de Gerald. Si Rush redefine el concepto de "nuevo lanzamiento de banda clásica", Ian Anderson redefine el concepto de "secuela sacacuartos".

Número 4

Artista: Änglagård
Álbum: Viljans Öga
Género: Symphonic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Suecia
Sello Discográfico: Änglagård Records

Lo de Änglagård es propio de una película de Kevin Smith. Llegaron de la nada e hicieron temblar el mundo con el perfecto Hybris y el igual de excelente Epilog. En 3 años habían aportado más al rock progresivo que Dream Theater y Fates Warning juntos, y después de plantar la mayor mina antitanque jamás recordada, volvieron a las sombras. Durante mucho tiempo se especuló con el regreso de la banda, pero daba igual qué hicieran, las expectativas eran tan altas que ni la mayor de las obras maestras iba a poder librarlos de la más absoluta de las decepciones. No sólo no han defraudado a nadie, sino que Viljans Öga eleva al más alto de los cielos a la banda sueca. Una combinación de lo aprendido en sus dos anteriores LPs (la epicidad y consistencia de Hybris con el folk y la instrumentación menos convencional de Epilog), este LP contiene tan sólo 4 temas, pero el mimo y el seso volcados en ellos es suficiente como para aguantar otros 18 años de sequía compositiva.

Número 3

Artista: The Trio Project
Álbum: Move
Género: Jazz Fusion
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Japón
Sello Discográfico: Telarc

Segundo LP de la nueva formación de Hiromi Uehara y segunda obra maestra consecutiva. Un disco donde la melodía lleva el peso dominante, desde la sorprendentemente oscura Move hasta la divertida Margarita!, Hiromi vuelve a deleitarnos con su sobrenatural talento para escribir jazz complejo de rápido tarareo. Destaca la trilogía titulada Suite Escapism, ya que no escribía ninguna pieza episódica desde su disco en solitario Place to Be. En esta ocasión los moogs quedan en un segundo plano, salvo en algunos momentos puntuales, y de forma bastante más coherente y menos empastada que en los anteriores intentos. Un LP colosal, quizá el mejor de toda la carrera de la pianista, falto de fisuras y cargado de buena música. Perfecto para fans del jazz fusion más pianístico y más perfecto aún para introducirse en el género.

Número 2

Artista: Motorpsycho and Ståle Storløkken
Álbum: The Death Defying Unicorn: A Fanciful and Fairly Far-Out Musical Fable
Género: Eclectic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Noruega
Sello Discográfico: Rune Grammofon

¿Una banda de progresivo del norte de Europa que no es sueca? Sólo por eso Motorpsycho entran en este top, pero es que además han publicado un auténtico discazo. Después del sólido Heavy Metal Fruit, la banda presenta con este pomposo título una epopeya que baila con comodidad entre el hard, el jazz y el space rock, haciéndolo un poco duro en sus primeras escuchas. Un doble LP cargado de vientos madera, donde se narra el viaje de un ladrón reformado a grumete en su epopeya por tierras desconocidas. Con una amplia mayoría de pasajes instrumentales, The Death Defying Unicorn puede considerarse uno de los conceptuales más visuales de la última década (contrastando con la esterilidad de la portada). Siendo co-compuesto por el teclista Ståle Storløkken y con aportes ajenos a la banda, es fácil ver por qué no suena a una réplica continuista del Heavy metal Fruit. O quizá, simplemente entienden el rock progresivo como lo que debería ser realmente. Progreso. Una maravilla de obra, imperativa para entender la música de nuestro tiempo. The Death Defying Unicorn es el intento más serio de destronar Quadrophenia y demás conceptuales intocables desde Snow de Spock's Beard

Número 1 

Artista: Kotebel
Álbum: Concerto for Piano and Electric Ensemble
Género: Symphonic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: España
Sello Discográfico: Musea

Increíblemente refrescante encontrarme con este disco. En una mundo donde el progresivo emergente se mantiene en simbiosis con el metal (y éste, a su vez, es cada vez más y más agresivo y denso), los españoles Kotebel editan un disco cargado de sinfonismo, totalmente libre de guturales (de hecho, es totalmente instrumental), donde Béla Bartók, Hammonds y diseños rítmicos propios de Gentle Giant copulan sin cesar, sin recurrir al tópico Trianesco y que supone el mayor golpe de frescura en un país cansado. Un LP que, pese a haber sido editado en 2012, respira clasicismo por todos sus poros. Con una dualidad de vinilo muy marcada (la cara A formada por el Concerto en sí y la cara B por el resto de temas), este disco junta progresivo del más británico, jazz fusion con tintes étnicos, folk à la Mike Oldfield, alocados teclados, efectos sonoros y demás parafernalia (premio a quien detecte el guiño evidente a San Jacinto escondido en el álbum) y un piano (interpretado de forma brillante por Adriana Plaza) que recuerda a Arthur Rubinstein y a Keith Emerson a partes iguales. Carlos Plaza ha orquestado una obra maestra de nuestro tiempo, un álbum que no teme a los peces gordos del mundillo, habiendo sido publicado el mismo año que uno de los mejores conceptuales de la historia, un álbum al que sin dudas deberíamos volver a mirar pasado el tiempo. Un álbum que se alza como el mejor del segundo año más progresivo desde 1976. El mejor LP de 2012.

miércoles, 2 de enero de 2013

Los Mejores de 2012, Parte II

Si hay algo que caracteriza estos tiempos que nos toca vivir no es sólo la cantidad de música nueva que aparece, sino la aún mayor cantidad de música vieja que vuelve a aflorar en forma de remasters, remixes, reediciones, regrabaciones y demás palabras con el prefijo "re". Veamos cuáles han sido las formas más creativas de este pasado año de volver a quitarnos nuestro dinero.

Top 3 Reediciones de 2012

Número 3

Mike Oldfield: Platinum [1979]

Uno de los mejores discos de Mike Oldfield, pero que desgraciadamente siempre ha sido acompañado por un sonido muy mediocre. No sólo se le pone remedio en esta remasterización, sino que lo acompaña un segundo CD con un directo de la época, donde podemos disfrutar de Oldfield en su mejor estado guitarrístico. La única pega es la omisión del corte original Sally, que fue eliminado en su momento por Richard Branson y que no ha sido recuperado en esta reedición.

Número 2

Jethro Tull: Thick as a Brick [1972]

Para muchos, el mejor disco de Jethro Tull y el mejor disco de rock progresivo de la historia. No sólo es un LP musicalmente sublime y de un contenido lírico cercano a lo divino, sino que ha envejecido mejor que muchos vinos de prestigio. Las atentas manos de Steven Wilson hacen de esta remezcla la definitiva edición de Thick as a Brick, aunque si bien el cambio entre mezclas no es tan grande como en Aqualung (en parte porque la mezcla original de este disco ya era muy buena). Imprescindible.

Número 1

King Crimson: Larks' Tongues in Aspic [1973]

¿El mejor y más variado disco de King Crimson, con su mejor formación, remezclado por Steven Wilson (cómo no), en una lujosísima edición compuesta por 13 CDs, 1 DVD y 1 Blu-Ray, conteniendo multitud de contenido en directo, así como improvisaciones en estudio y demos para observar el proceso evolutivo de las canciones? Si a alguien se le ocurre algo mejor que me lo haga saber.



Top 3 Regrabaciones de 2012

Número 3

Rick Wakeman: Journey to the Centre of the Earth

Cuando pensamos en rock progresivo pensamos en incesantes solos de moog, complejos contratiempos, capas horteras y una puesta en escena exacerbada. Rick Wakeman es la definición de rock progresivo y del por qué de su declive. Su mejor y más completo disco, al igual que el Concerto de Jon Lord, sólo fue editado como disco en directo (en este caso para recortar gastos) y debido a las limitaciones del soporte de la época, tuvo que omitir diversas secciones de la obra. Esta regrabación de Journey to the Centre of the Earth nos presenta no sólo la pieza íntegra, sino un sonido prístino a la altura del mejor momento de Rick Wakeman.

Número 2

Jon LordConcerto for Group and Orchestra

Una de las mejores fusiones de instrumentación rock y orquesta sinfónica de todos los tiempos. Compuesto en 1970, no ha sido editado en estudio hasta este año, con invitados especiales de la talla de Bruce Dickinson o Steve Morse. La calidad de la grabación mejora con creces el directo original, si bien parte de la fuerza se ha perdido por el camino. Un hermoso punto y final a la carrera de Jon Lord, que tras la regrabación murió de cáncer de páncreas.

Número 1

Steve Hackett: Genesis Revisited II

Segunda rendición del legendario guitarrista de Genesis a su banda. Si el primer Genesis Revisited estaba caracterizado por agregar muchos cambios y giros a los temas clásicos del grupo británico, este segundo volumen es más fiel a los originales. Lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿qué necesidad hay tras este lanzamiento? Bueno, estoy convencido que el aumento de las arcas personales de Steve es motivo suficiente para él, pero no sólo se trata de eso. Genesis Revisited II es una oda de amor a una época ya pasada, una obra cuya mejor característica es su artesanía más que la cantidad de moldes rotos, a una manera de entender la vida quizá ya no está de actualidad, pero que jamás será ignorada. Genesis Revisited II es la muestra de que el único miembro orgulloso del legado de la banda es Steve Hackett, pero no sólo él lo demuestra, sino el insultantemente gigante número de apariciones estelares que rodean el LP. Un perfecto añadido a los viejos fans de Genesis y una forma perfecta de acercar al viejo rey Cole a los que desconozcan la banda. Genesis Revisited II es la ejemplificación perfecta de por qué 2012 es el resurgir del progresivo.

Los Mejores de 2012, Parte I

Digámoslo de la forma más llana posible: 2012 ha sido el mejor año para el rock progresivo desde 1976. No sólo goza de una salud espléndida, sino que ha pasado de ser la pornografía del rock a llenar portadas y a tener premios especializados. De aquí unos 3 años nos explotará en la cara con la resurrección del punk británico, pero mientras tanto disfrutaremos de la segunda era dorada del prog.

Antes de atacar el bistec, hay que terminarse la verdura. Así que antes de hablar de los mejores discos del 2012, echemos un ojo a lo más mediocre del año pasado.

Top 3 Decepciones del 2012

Número 3

Arjen Anthony Lucassen: Lost in the New Real

La mente creativa tras Ayreon, Star One y Guilt Machine deja los grupos ficticios para editar un disco bajo su nombre. El problema es que este LP sufre del "síndrome del disco en solitario", donde se intentan explorar todas las influencias del artista sin llegar a desarrollar ninguna en concreto. No es un mal disco, pero empalidece frente el resto de su discografía.

Número 2

Squackett: A Life Within a Day

Mucho se esperaba de este disco. Los propios autores dijeron que no tuviéramos en mente un Genesis meets Yes, ¿pero qué sino se podía pensar de una colaboración entre Steve Hackett (único miembro de Genesis orgulloso del pasado progresivo de la banda) y Chris Squire (la fuerza motriz de Yes)? Y el problema es precisamente ese, dos nombres demasiado grandes para un disco más cercano a Asia que a Voyage of the Acolyte o Fish Out of Water. Quizá la próxima vez deberíamos hacer caso cuando nos piden que bajemos el hype. Pero no lo haremos.

Número 1

Storm Corrosion: Storm Corrosion

¿Qué es lo peor que se puede decir de un disco? ¿Que es malo? ¿Que es blando? ¿Que es predecible? ¿Que es basura? No. Que es aburrido. Y eso es Storm Corrosion, un LP donde notas cómo el tiempo se ralentiza, donde quizá en las primeras escuchas alucinas con los interesantes juegos de texturas, pero que después se convierte en la mejor cura para el insomnio clínico sin contar el "golpe seco en la nuca". Al igual que Squackett, los nombres eran demasiado grandes como para tener bajas expectativas, pero mientras Squackett es un disco de AOR con varias pinceladas de prog bastante decente, Steven WilsonMikael Åkerfeldt se han marcado un auténtico y superlativo coñazo. Una pena sabiendo que el año pasado ambos publicaron dos de los mejores discos de 2011.