miércoles, 2 de enero de 2013

Los Mejores de 2012, Parte I

Digámoslo de la forma más llana posible: 2012 ha sido el mejor año para el rock progresivo desde 1976. No sólo goza de una salud espléndida, sino que ha pasado de ser la pornografía del rock a llenar portadas y a tener premios especializados. De aquí unos 3 años nos explotará en la cara con la resurrección del punk británico, pero mientras tanto disfrutaremos de la segunda era dorada del prog.

Antes de atacar el bistec, hay que terminarse la verdura. Así que antes de hablar de los mejores discos del 2012, echemos un ojo a lo más mediocre del año pasado.

Top 3 Decepciones del 2012

Número 3

Arjen Anthony Lucassen: Lost in the New Real

La mente creativa tras Ayreon, Star One y Guilt Machine deja los grupos ficticios para editar un disco bajo su nombre. El problema es que este LP sufre del "síndrome del disco en solitario", donde se intentan explorar todas las influencias del artista sin llegar a desarrollar ninguna en concreto. No es un mal disco, pero empalidece frente el resto de su discografía.

Número 2

Squackett: A Life Within a Day

Mucho se esperaba de este disco. Los propios autores dijeron que no tuviéramos en mente un Genesis meets Yes, ¿pero qué sino se podía pensar de una colaboración entre Steve Hackett (único miembro de Genesis orgulloso del pasado progresivo de la banda) y Chris Squire (la fuerza motriz de Yes)? Y el problema es precisamente ese, dos nombres demasiado grandes para un disco más cercano a Asia que a Voyage of the Acolyte o Fish Out of Water. Quizá la próxima vez deberíamos hacer caso cuando nos piden que bajemos el hype. Pero no lo haremos.

Número 1

Storm Corrosion: Storm Corrosion

¿Qué es lo peor que se puede decir de un disco? ¿Que es malo? ¿Que es blando? ¿Que es predecible? ¿Que es basura? No. Que es aburrido. Y eso es Storm Corrosion, un LP donde notas cómo el tiempo se ralentiza, donde quizá en las primeras escuchas alucinas con los interesantes juegos de texturas, pero que después se convierte en la mejor cura para el insomnio clínico sin contar el "golpe seco en la nuca". Al igual que Squackett, los nombres eran demasiado grandes como para tener bajas expectativas, pero mientras Squackett es un disco de AOR con varias pinceladas de prog bastante decente, Steven WilsonMikael Åkerfeldt se han marcado un auténtico y superlativo coñazo. Una pena sabiendo que el año pasado ambos publicaron dos de los mejores discos de 2011.

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