martes, 6 de agosto de 2013

Ignatius: Lights from the Deep [2011]

Artista: Ignatius
Álbum: Lights from the Deep
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 2011
País de Origen: España
Sello Discográfico: Musea Parallèle

Tracklist

1. Bleeding Souls
2. Emptiness
3. Resurrection
4. Lights from the Deep
5. BCN
6. Morning Moon

Al pensar en rock progresivo nacional, el primer nombre que nos viene a la mente es, de forma irremediable, Triana. Y con ellos, su sonido: un híbrido entre folklore flamenco y texturas floydianas. Siendo como son, y de forma merecida, el mayor exponente de la progresía hispana, es cuanto menos curioso comprobar como Ignatius se aleja del tópico trianero en su debut, Lights from the Deep.

No hay rastro de la herencia mediterránea en el LP. En su lugar, esta banda de origen barcelonés nos ofrece una amalgama del sonido Genesis post-76 y una importante retirada a Wish You Were Here, aunque con algo más de garra en su conjunto, recordando a ratos a The Tangent y a otras bandas de retro-prog contemporáneo. Bleeding Souls, el primer corte, es una importante declaración de intenciones, donde los moogs y la versátil batería hacen que el tema fluya de la delicadeza a esporádicos pero importantes mazazos de heavy prog. No obstante, es en su segundo tema, Emptiness, donde podemos ver la mayor muestra de influencia genesiana, con esos juegos de guitarra acústica que beben directamente de los clásicos pasajes a doce cuerdas de la banda británica. La dulzura de Emptiness contrarresta con Resurrection, el momento más ecléctico del disco. Arrancando como si de una jam del Mk. III de King Crimson se tratara, pasando por un más que bello dueto en clave de guitarra y sintetizador, momentos de respiración dignos del mejor Marillion, y concluyendo en un agresivo final dominado por un Hammond de herencia keithiana, Resurrection es una buena representación del sonido de Ignatius.

No obstante, tan sólo estamos en el ecuador del LP, y si la primera mitad está compuesta por unos sólidos 20 minutos de buena música, la segunda mitad no se queda atrás. El tema que da título al álbum, Lights from the Deep, es otra muestra del infinito potencial de la banda liderada por Ricardo Boya. Pasado el tema homónimo, entra BCN. En un mundo justo, éste sería el himno de la ciudad y no las patrañas propias de Manel o Amics de les Arts otros temas de bandas locales más respetadas. De nuevo, melodía y atmósfera se dan de la mano en quizá el tema más agresivo del álbum, el cual arranca con el ruido de ambiente de la ciudad condal. Morning Moon, con su arranque propio de Jean-Michel Jarre y un desarrollo que evoca a ratos al Camel de Ice y Song within a Song, es el broche definitivo, y un cierre de oro para un debut espectacular.

Esta entrante década está demostrando ser una de las mejores para el rock progresivo, y en Ignatius tenemos un representante nacional perfecto. Un disco donde no hay un solo tema de relleno, donde la producción es pulcra como pocas y donde absolutamente todo funciona con precisión milimétrica. Uno de los mejores capítulos de la progresía hispana de orfebrería. Independientemente de cuál sea el futuro de Ignatius, sólo por este disco merecen más de lo que lleguen a recibir.

martes, 2 de abril de 2013

Camel: Moonmadness [1976]

Artista: Camel
Álbum: Moonmadness
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1976
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Deram

Tracklist

Cara A
1. Aristillus
2. Song Within a Song
3. Chord Change
4. Spirit of the Water

Cara B
5. Another Night
6. Air Born
7. Lunar Sea

El mundo de la música progresiva está llena de curiosas constantes. No es difícil encontrar ejemplos de grupos que, después de la publicación del etiquetado unánimemente por la crítica como su mejor trabajo, lanzan al mercado un trabajo muy ambicioso, lastrado por demasiadas pretensiones o excesivamente intelectual que recibía una aceptación mucho más tibia por parte de la crítica: le pasó a Genesis con The Lamb Lies Down on Broadway, le pasó a Jethro Tull con A Passion Play, le pasó a Yes con Tales from Topographic Oceans y le pasó a Mike Oldfield con Incantations, por citar tan sólo unos cuantos ejemplos. Pero el caso de Camel es diferente, porque un año después de firmar su mejor trabajo [Music Inspired by The Snow Goose], regresan a las tiendas de discos con un álbum sin pretensiones, en donde Camel tan sólo hacía aquello que mejor sabe hacer, sin intentar abarcar más allá. Un álbum sincero, para ser deborado de una sola escucha y donde se muestran algunos de los mejores momentos de la historia del rock progresivo.Moonmadness no sólo es un disco excelente en la discografía de los hombres de Andrew Latimer, sino que es una de las cumbres del rock progresivo.

Tras colocarnos los auriculares y tumbarnos en posición horizontal, vemos que Moonmadness es un disco tierno, con una gran capacidad para dibujar paisajes asombrosos. Los primeros acordes de Aristillus nos dejan muy claro que el título del disco no es metafórico ni poético, sino estrictamente literal, ya que en cuestión de segundos nos vemos inmersos en un cráter lunar cuestionándonos nuestra propia cordura. Song Within a Song es una dulce progresión melódica que termina por convertirse en un elemento obsesivo hasta que, instantes antes de pasar de obsesivo a repetitivo, estalla en belleza en su máxima expresión. Chord Change es un tema instrumental, que sirve de regodeo para los dedos de Latimer. Spirit of the Water es una simple cancioncilla de gran carga melódica, que deja ver el camino de algunos de los proyectos futuros de Camel. Another Night es el tema más agresivo del vinilo, donde las voluminosas guitarras y el trepidante bajo empapan el ambiente desembocando en pasajes a tres bandas. Air Born es un dulce desarrollo que recuerda al estilo compositivo de Moody Blues. Y para cerrar el álbum, el aquoso rock de Lunar Sea, totalmente indescriptible sin un estéreo a mano, donde el único comentario posible es una expresión de asombro. Sin lugar a duda, uno de los discos imprescindibles en toda discoteca progresiva que se precie. Uno de los mayores hitos en la historia de la música.

viernes, 15 de febrero de 2013

La Maldición del Disco en Directo [Top 10]

El disco en directo. La historia de la música nos ha regalado muchos discos en directo, y muchos de ellos, legendarios. El Santo Grial de todo grupo musical existente. Una de las piedras angulares de toda discografía que se precie. Un buen disco en directo te alza al Olimpo sin contemplaciones. Es como un recopilatorio pero altamente respetado, una forma fácil de contentar a tus fans de largo recorrido, y un medio cómodo para atraer a público nuevo. Hay quien los adora y quien los detesta. De hecho, el propio concepto parece incongruente: ¿qué sentido tiene grabar un directo, cuando precisamente un directo es una muestra por parte de los músicos del calor que se pierde en la grabación? Es como leer la transcripción escrita de un audiolibro. O votar a la derecha siendo obrero.

Sin embargo, el disco en directo es un arma de doble filo, ya que en la mayoría de casos un disco en directo viene acompañado por la Maldición del Disco en Directo: cambios de formación, perdida del rumbo musical o estilístico, e incluso, la total desaparición de la banda. Sin comerlo ni beberlo, lo que debería ser un lanzamiento ideal pasa a ser una pesadilla en la que no pocas agrupaciones se han visto sumidas. Echaremos un vistazo no sólo a algunos de los mejores directos de la historia, sino a algunos de los casos más graves de Maldición del Disco en Directo.

Número 10

Artista: Yes
Álbum: Yessongs
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1973
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Atlantic

Hace poco una amiga me preguntó cuál era la mejor manera de empezar a escuchar Yes. Este es el disco idóneo. Yessongs es la presentación en sociedad de Alan White, que llegaría para substituir al carismático Bill Bruford a la batería. Pero también es la recolección de todo lo mejor de la carrera de Yes hasta ese momento, los temas que forjarían su leyenda. Si bien la calidad de la grabación no es la mejor y la mezcla es, cuanto menos, rústica (en sintonía con los directos de progresivo de la época), el material aquí recogido es pura delicia progresiva del corte más clásico. Instrumentalmente toda la banda está en puro estado de gracia, un LP imprescindible.

Tras Yessongs no se puede decir que Yes dejara de hacer buena música, pero dejarían de estar en la élite intocable del rock progresivo: Tales from Topographic Oceans sería recibido con confusión e incluso desprecio por la crítica, siendo usado desde entonces como ejemplo del excesivo estilo musical de la época, y Relayer vería un importante cambio de formación que tan sólo duraría un LP, dejándolo un poco huérfano respecto el resto de su discografía. Las entrañas de la banda se habían removido a raíz de su disco en directo, y Yes no volvería a gozar de las mieles del abrazo unánime por parte de crítica y público.

Número 9

Artista: Dream Theater
Álbum: Live Scenes from New York
Género: Progressive Metal
Año: 2001
País de Origen: Estados Unidos
Sello Discográfico: Warner Bros

Dream Theater son responsables de haber convertido el rock progresivo en una batalla por la tecnicidad suprema. Considerados uno de los abanderados del resurgir del progresivo de los noventa, no se puede negar que el grupo originario de la Berklee School ha sido el puente de muchos fans hacia música que no era de su tiempo. El directo Live Scenes from New York es un directo colosal, siguiendo el patrón de los directos clásicos como Live at Leeds, interpretando el álbum conceptual íntegro y todos los temas más clásicos en una sola actuación: Metropolis, A Change of Seasons, A Mind Beside Itself, y más. Este LP representa también la primera vez que oímos en directo a Jordan Rudess, considerado el teclista más técnico y virtuosos desde Keith Emerson.

Tras esta gira, Dream Theater se sumergería en una espiral de autoindulgencia. A cada nuevo LP se hacían más virtuosos, pero más aburridos. Terminando por convertirse en una parodia de sí mismos, Dream Theater nunca recuperaría ni la calidad ni la credibilidad tras Live Scenes from New York.

Número 8

Artista: Camel
Álbum: A Live Record
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1978
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Deram

Rain Dances, el álbum del que proviene la gira donde se grabó este directo, no es el más querido entre los LPs de Camel. Representa el fin de la formación clásica de la banda, habiendo abandonado Doug Ferguson y siendo reemplazado por el ex-Caravan Richard Sinclair. Además, se incorpora Mel Collins, legendario saxofonista de King Crimson, dando un sonido más jazzístico y experimental. Visto como el patito feo de la discografía, A Live Record, sin embargo, es el disco de referencia para todo aquél que quiera entender lo que era Camel y cuál era su sonido. Todos sus temas clásicos, además de una revisión de su mejor disco: Music Inspired by "The Snow Goose", con una orquesta de acompañamiento (dirigida por David Bedford, quien curiosamente también dirigió la orquesta de Mike Oldfield en Exposed). Un disco colosal y un momento de pura dulzura para Camel.

Error. La Maldición del Disco en Directo se encargó de poner fin a eso. Breathless, el siguiente LP de la banda, supone el divorcio definitivo del matrimonio Latimer-Bardens, así como un mayor énfasis por los sonidos pop y dejando de lado (en su mayoría) el estilo compositivo que había alzado a Camel al Olimpo del progresivo británico de corte más clásico.

Número 7

Artista: Mike Oldfield
Álbum: Exposed
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1979
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Virgin

Mike Oldfield nunca fue un músico al uso. Tras el abrumador éxito de su primer LP, Tubular Bells, se refugió en las montañas huyendo casi por completo de la interacción humana. En pleno estallido punk, lanza al mercado Incantations, su obra menos artesanal más densa hasta el momento, incluso para sus más acérrimos fans, en parte debido a las terapias de Exegesis a las que fue sometido, bañada por nuevas influencias como el movimiento minimalista (especialmente Philip Glass) y rompiendo con el estilo marcado por su anterior obra Ommadawn. Y un año después, cuando el mundo sigue resacoso por el torbellino punk y el new-wave está abriendo paso lenta pero concienzudamente, Oldfield decide sacar a paseo su obra. Un directo monstruoso, con una orquesta de más de 50 músicos, interpretando de forma íntegra revisiones de Incantations, Tubular Bells y Guilty, su último single.

¿Qué ocurrió tras este disco? En cuestión de meses apareció Platinum, mostrando un notorio e importante cambio de rumbo en su trayectoria musical: su sonido era más realista, los arreglos eran fruto de tocar con más músicos y no de la superposición de capas individuales, las composiciones eran más cortas, había más temas vocales... Algo cambió en el mundo de Mike Oldfield tras Exposed. No sería el último cambio brusco en su carrera.

Número 6

Artista: Genesis
Álbum: Seconds Out
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1977
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Charisma Records

Peter Gabriel no está en este disco, pero seguían sonando a Genesis. Tras la marcha del carismático cantante al terminar la gira de The Lamb Lies Down on Broadway, Genesis siguió escribiendo música y publicaron dos de los mejores álbumes de todo su catálogo. Seconds Out recoge el directo de esa época, del, digamos, Mk. III de Genesis. Sí, canta Phil Collins, pero canta como los ángeles. La producción es soberbia, infinitamente superior al anterior directo de la banda, titulado elocuentemente Genesis Live: un sonido cristalino, una mezcla amplísima y una interpretación por parte del grupo rozando lo sobrenatural.

Sin embargo, tengo sentimientos encontrados con este LP. Por un lado, es un disco excelente y no sólo es uno de los discos puntales de la carrera de Genesis, sino que es uno de los directos imprescindibles de la historia de la música, codo con codo con los intocables Live at Leeds y Made in Japan. Por otro lado, es un esfuerzo de campaña en contra de Hackett y su aportación a la banda. Un constante ninguneo tanto en la selección de temas como en la mezcla, así como una omisión casi completa de la ayuda que ofreció Bill Bruford en la gira de 1976, en favor de Chester Thompson que se quedaría con el puesto de batería para los conciertos. Otro día me explayaré más con este tema.

Después de Seconds Out, Genesis cambiaría irremediablemente. Perdiendo un importante miembro compositor, evolucionó hacia un grupo que muchos repudian, otros aman y otros tantos ignoran. Pero una cosa está clara: nada sería lo mismo tras el disco de directo maldito.

Número 5

Artista: Uriah Heep
Álbum: Uriah Heep Live
Género: Heavy Progressive Rock
Año: 1973
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Bronze

Uriah Heep había publicado cinco monumentales LPs en el plazo de dos años, cada uno argumentablemente mejor que el anterior. Tras The Magician's Birthday, la banda publicaría su disco en directo. Con un sonido sorprendente para la época, y monstrando al grupo en pleno estado de gracia, el rocoso prog de Uriah Heep quedaría escrito en piedra con un álbum monumental.

Poco duraría la alegría. Después de Uriah Heep Live, la banda nunca recuperaría la magia alcanzada con sus primeros LPs. Ni el fichaje del ex-King Crimson John Whetton devolvería Uriah Heep a los cielos. Cosas interesantes aquí y allá, pero no volverían a ser los mismos que lo fueron en los tiempos de las portadas de Roger Dean.

Número 4

Artista: Kansas
Álbum: Two for the Show
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1978
País de Origen: Estados Unidos
Sello Discográfico: Kirshner

La de Kansas es una carrera a ritmo de marcha. Sin copar los tops de mejores álbumes de los 70, sin ser el grupo más celebrado ni ser la banda más influyente de la historia, Kansas publicó cinco sólidos LPs desde el inicio de su carrera, cada uno con un espíritu diferente detrás.Consiguieron aunar el sinfonismo europeo con las orquestaciones más propias del hard americano, dando lugar a un sonido que agrada por igual a los fans de Yes y de Deep Purple. Two for the Show es la culminación de tan sólida carrera, recopilando sus mejores temas, los cuales ganan mucha fuerza y dinamismo en directo, y dejando patente el buen hacer técnico de la banda.

Pero, ¿y después? Monolith, publicado un año después, y Audio-Visions, publicado al año siguiente, mostrarían un decreciente nivel creativo y terminarían por sumergir a la banda en un mar de mediocridad. La reconversión al cristianismo de Kerry Livgren tampoco ayudó demasiado (os creeríais que Neal Morse había inventado algo.), y llegados los ochenta, Kansas sería una vieja gloria. Una más.

Número 3

Artista: Marillion
Álbum: The Thieving Magpie [La Gazza Ladra]
Género: Neo-Progressive Rock
Año: 1988
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: EMI

Marillion es importante por muchos motivos. Devolvió la credibilidad a un género musical que había sido ninguneado durante toda la segunda mitad de los setenta y el inicio de los ochenta. Consiguió retomar el testigo de bandas como Yes y Genesis y hacer copular su sonido con la testosterona más propia de Iron Maiden. El prog ya no era de intelectuales, sino de hombres. De hombres de verdad. Así que tras cuatro colosales discos, apareció el testicular directo The Thieving Magpie [La Gazza Ladra]. Siguiendo la plantilla de A Live Record, el primer disco está formado por los mejores cortes de la discografía de la banda, mientras que el segundo es una versión íntegra de su disco conceptual más celebrado: Misplaced Childhood. Un LP imprescindible para entender no sólo Marillion, sino la resurrección, renovación y evolución del género progresivo.

Tras este disco, nada sería lo mismo, ya que Fish abandonaría el barco (quizá a empujones) y Marillion continuarían una larga y productiva carrera, en donde su sonido avanzaría por otros derroteros de los mostrados en The Thieving Magpie. Atrás quedarían los sintetizadores wakemaniescos, atrás quedarían las letras van-der-graffíticas y atrás quedarían las máscaras de Grendel. De hecho, atrás quedaría Grendel a secas. Marillion, con el fichaje de Steve Hogarth, se convertiría una banda de mismo nombre y de distinta alma.

Número 2

Artista: Emerson, Lake & Palmer
Álbum: Welcome Back My Friends to the Show that Never Ends ~ Ladies and Gentlemen
Género: Symphonic Progressive Rock
Año: 1974
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Manticore

Suele decirse que de las cuatro bandas fundamentales del rock progresivo (Genesis, Yes, Pink Floyd y Emerson, Lake & Palmer), sólo esta última tuvo un directo a la altura de sus grandes tiempos. Emerson, Lake & Palmer eran la Cátedra más absoluta del progresivo británico. No sólo eran los más respetados, sino los más idolatrados, vendían millones y su música estaba en un punto excelsamente dulce. ¿Y su disco en directo? Una magnánima pieza de prog agresivo y energético, recogiendo en un triple LP todo lo mejor de su carrera, e incluso interpretando en su integridad sus dos suites más largas: Tarkus y Karn Evil 9. ¿Lo mejor de todo? No hay ni un sólo retoque en estudio: todo lo que está recogido en el álbum es lo que realmente sonó, dejando constancia de la inconmensurable calidad de los gigantes del progresivo virtuoso.

Pero tras publicar uno de los directos más fundamentales del rock, lo de ELP fue tocado y hundido: la saga Works, demasiado pomposa y excesiva incluso para ellos, una gigantesca gira que los llevaría al borde de la ruina, y ese desastre sonoro llamado Love Beach. Posteriormente Keith Emerson intentaría que el sueño perdurara con Emerson, Lake & Powell y 3, pero la magia de los años dorados se había perdido. Emerson, Lake & Palmer pasaría de ser una de las más respetadas agrupaciones del rock para convertirse en el equivalente de la pornografía en la música.

Número 1

Artista: Gentle Giant
Álbum: The Official Live: Playing the Fool
Género: Eclectic Progressive Rock
Año: 1977
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Chrysalis

Ocho obras maestras llevaban tras sus espaldas Gentle Giant en el momento dee publicar Playing the Fool. Ocho discos imprescindibles, necesarios para comprender la evolución de su música, de los métodos compositivos de los setenta, el movimiento progresivo en general, así como sus influencias y sus mezclas, las orquestaciones, el uso de cada instrumento... La discografía de Gentle Giant debería ser estudiada en Conservatorios, inspirar epopeyas pseudo-bíblicas y ser la muestra de que, en algún punto del camino, una pequeña porción de la humanidad fue grandiosa. 

Playing the Fool es, como todos los LPs en directo mencionados en esta lista, una recolección de lo mejor de Gentle Giant, dándoles una dimensión extra y dejando patente el buen hacer de los músicos, siendo uno de los directos más sólidos en términos de pulsación, dinámicos, metraje, así como de pasión y energía. Si Welcome Back... es el monumento más grande al progresivo de masas, este LP es la culminación del prog de cámara. Con un repertorio representando todos los álbumes anteriores del grupo (excepto, extrañamente, Acquiring the Taste), Playing the Fool es uno de esos discos de directo perfectos. El disco de referencia para cualquier banda que quiera grabar un disco de directo. Una apasionada carta de amor a todo aquel que ha seguido a Gentle Giant.

Por eso sorprende más aún la dirección que decidió tomar la banda tras este monumental trabajo. The Missing Piece, donde intentaban tener una representación de casi cada género de la época, fue el primer LP donde sus fans se sintieron alienados, y fue un cambio de rumbo que sorprendería y decepcionaría a partes iguales. Pero sus dos discos siguientes, Giant for a Day! y Civilian, serían la definitiva bofetada al fan de largo recorrido, intentando atraer al público radiofónico dejando de lado sus orígines y, lo que es peor, la música en la que la banda creía. La crítica los ignoraría, las masas nunca aparecerían, y el público que siempre los había defendido se sintieron traicionados y saltaron del barco. Un punto y final a una carrera que, hasta que no floreció la Maldición del Disco en Directo, se había mantenido brillante como el cristal y sólida como el acero.

domingo, 3 de febrero de 2013

Uriah Heep: The Magician's Birthday [1972]

Artista: Uriah Heep
Álbum: The Magician's Birthday
Género: Heavy Progressive Rock
Año de Publicación: 1972
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Bronze Records

Tracklist

Cara A
1. Sunrise
2. Spider Woman
3. Blind Eye
4. Echoes in the Dark
5. Rain

Cara B
6. Sweet Lorraine
7. Tales
8. The Magician's Birthday

The Magician's Birthday es el último disco fruto de la explosión creativa de principios de los 70 de Uriah Heep, que les hizo publicar la mejor música de su carrera en un plazo de tan sólo dos años. Mientras que los álbumes anteriores gozaban de un equilibrio entre el hard rock y el rock progresivo, más orientado hacia el hard purpleliano, éste es, quizá, el LP más deliberadamente progresivo de Uriah Heep, algo que se transpira desde la misma portada, uno de los mejores trabajos del ilustrador Roger Dean (famoso por su trabajo con Yes). Considerado, junto con Demons and Wizards, uno de los discos esenciales del grupo 

El disco abre con Sunrise, tema que tras el golpetazo inicial va creciendo poco a poco en intensidad dramática, guiada por la estupenda voz de David Byron, y que se convertiría en la preferida de la banda para arrancar los conciertos. Spider Woman, el siguiente corte, es un divertido tema en clave de rock & roll clásico, contrastando con el folk electrificado de Blind Eye, de una belleza incontestable y unas guitarras harmonizadas que a ratos recuerdan a Mike Oldfield. Echoes in the Dark, el momento más spacey del álbum, combina con clase piano acústico y desperdigados retazos de moog, que crece de una atmósfera floydiana a golpetazos de batería más propios de Bonham. El ambiente se relaja con Rain, una balada donde el piano y la voz tienen el peso total de la canción.

Después de una sorprendente ágil primera cara, la segunda mitad del LP arranca con Sweet Lorraine, la canción más hard del álbum, intentando repetir la fórmula de Look at Yourself o Easy Living, pero con un enigmático moog, cortesía de Ken Hensley, bañando toda el corte. Tales, el penúltimo tema del álbum, retoma los aires folk de Blind Eye, pero con un carácter algo más acústico y relajado. El LP cierra con The Magician's Birthday, el tema sobre el que gira todo el álbum. Y se trata de uno de las mejores composiciones de la banda, mezclando toda clase de sabores: toques rushianos, guitarras blackmoriescas, un bizarro cumpleaños feliz cercano a How Dare I Be So Beautiful?, amplios acordes de Hammond, cerrando el álbum con un tono y carácter similares a los del inicio de Sunrise.

The Magician's Birthday es uno de los mejores momentos de Uriah Heep, tratándose de un álbum muy ameno, combinando con acierto sus influencias y definiendo su sonido con maestría. ¿Estamos ante un clásico incontestable de la historia de la música? No, no creo que el disco llegue tan lejos. Pero tampoco necesita serlo. Esta es definitivamente una fiesta de cumpleaños que merece una visita de vez en cuando.

martes, 22 de enero de 2013

Opinión: The Wilson that Refuses to Sing

¿Qué se puede decir sobre Steven Wilson que no se haya dicho ya? Más bien poco, la verdad. Todo el mundo ha hablado largo y tendido sobre este señor: genio irrefutable, imitador de Robert Fripp, renovador del género, jetas inconmensurable, eterno adolescente incomprendido... Lo único que no se puede decir de Wilson es que sea vago, y si bien este año no ha sido muy prometedor en cuanto a sus lanzamientos (un buen disco en directo no compensa un tediosísimo disco de estudio), 2013 parece que va a volver a la carga.

De hecho, ya ha vuelto. El nuevo disco de estudio de Steven Wilson, The Raven that Refuses to Sing, se ha filtrado por la Red de Redes y ya está disponible para su descarga ilegal. Y aunque seguramente haré un análisis más detallado del disco en cuestión (creo que a uno de mis cinco lectores le hará especial ilusión), os voy a comentar mi impresión tras la primera escucha.

Mmmmmmmmmmmmmph, me va a costar esto...

Os voy a ser sincero: no tenía mucha fe en este disco. Y ver la portada me hacía perder aún más fe. Quiero decir... ¿En serio? ¿Esa es la línea estilística que buscas, Steven Wilson? ¿Dibujos a medio garabatear dignos de la carpeta de un adolescente fan de 30 Seconds to Mars? ¿Y el título? ¿Y un cuervo? Uau, la representación de tus conflictos internos es tan insultantemente transparente que parece propio de un estudiante de Bellas Artes imitando a Tim Burton más que del nuevo gurú del prog.

Pero mi falta de fe no era sólo por la portada. Su anterior disco de estudio en solitario, Grace for Drowning, fue tan bien recibido por público y crítica que me esperaba un desastre continuista para este siguiente. Mejores y más experimentados músicos han caído en ese error, no era de locos pensar que el bueno de Steven haría lo mismo.

Porque de hecho, si de algo se puede acusar a Steven Wilson es de fijarse demasiado en sus influencias. Tiende a pensar más en qué espera la gente de su música más que en la música en sí, a ser demasiado poco... Digámoslo claro, no sonaba honesto. Excelente música, pero no era honesta. Tan sólo hay que escuchar The Sky Moves Sideways, uno de sus temas más antiguos, para ver que no digo ninguna mentira. O Russia on Ice, o Radioactive Toy, o The Sleep of No Dreaming, o Tinto Brass, o... Pero eh, poco a poco fue desarrollándose como músico y a encontrar su sonido, y sus discos fueron cada vez más personales y únicos. Bueno, salvo por Time Flies... ¡pero era intencionado! ¡Eso no cuenta!

Predecible o no, nadie puede negar la labor de Steven Wilson por el rock progresivo. Ha sido el encargado de remezclar y relanzar al mercado varios de los discos más importantes de la historia del movimiento, así como encargarse de la macro-campaña del 40 aniversario de King Crimson. Además, una de las razones de que el progresivo vuelva a estar en las portadas de la prensa "especializada" es él, con el permiso de Muse (lo cual debería hacernos planearnos muchas cosas. Quiero decir, si es necesario Muse para hablar de prog en la Rolling Stone... no, eso lo comentamos otro día.).

Y puedo entenderlo. Su música era un extraño equilibrio perfecto entre rock progresivo, pop elegante, música alternativa y ese toque emo-oscuro, que hacía que gustara tanto a fans de Camel, Dido, Radiohead y Panic! at the Disco. Una fórmula inmejorable, gustaba a todo el mundo y era respetado por toda publicación melómana. 

En ningún momento digo esto en detrimento de su calidad, no quiero que penséis que la música no sea buena. De hecho, este último LP puede que sea el mejor de los tres de su carrera en solitario. Yo mismo me considero fan de su música y su sonido, desde el prog bañado de ácido de sus primeros trabajos hasta las suaves guitarras de Trains, o de sus golpes más metálicos de estos últimos años.

Y si algo se puede decir de este disco, es que es la culminación máxima de toda su carrera. Una amalgama completa de todas sus influencias, todas sus vertientes y todos sus estilos compositivos. Parece que los LPs anteriores eran pequeños escalones hasta llegar a The Raven that Refuses to Sing. Eso tiene que ser algo bueno, ¿no?

Mmmmmmmmmmmmmph...

Pongámonos en situación: Steven Wilson, líder de un sinfín de proyectos musicales (algunos de ellos infumables y otros de ellos muy interesantes) decide poner fin a Porcupine Tree para centrarse en su carrera en solitario. Después de dos discos, aparece el tercer LP. El de consolidación. El que debe confirmar que éste es su nuevo proyecto central.

El disco abre con Luminol. ¿A qué suena? A Porcupine Tree.

El segundo corte, titulado Drive Home, ¿a qué suena? A Porcupine Tree.

El cuarto tema, The Pin Drop, ¿a qué suena? A Porcupine Tree.

...

Hum...

¿Qué cojones...? ¿Por qué matar Porcupine Tree si vas a sonar a lo mismo de siempre?

Así que después de alzar tu banda a los cielos del respeto, siendo considerada por mucha gente una de las formaciones abanderadas del movimiento progresivo de los noventa, la desmontas, dejando un excelente legado tras de sí, para iniciar una carrera en solitario que ha ido evolucionando hasta sonar como la banda que acabas de desmantelar... Su carrera en solitario se cimienta en una simple estratagema para hacer lo mismo de siempre, pero habiendo atraído la mirada de todo el mundo después de hacer un poco de ruido con el fin de una buena banda musical. ¿En qué lugar deja eso a sus fans?

¿Soy el único que cree que Steven Wilson nos ha hecho perder el tiempo a todos? ¿Después de conseguir que Porcupine Tree tenga un sonido y una identidad propia vuelve deliberadamente a la primera casilla, donde su sonido era tan programado que casi entraba en la categoría de música derivativa? Viendo lo que ha hecho, ¿es digno ver por qué ha muerto Porcupine Tree? Prefiere Steven Wilson mantener en activo Blackfield, Bass Communion y el infumable Storm Corrosion... ¿pero Porcupine Tree no se merece una inversión de tiempo por su parte?

Siento que The Raven that Refuses to Sing es la confirmación del gigantesco rodeo sónico que ha dado Steven Wilson desde 1991. Siento que este disco es la representación de un artista que evoluciona e involuciona volviendo a su estado embriónico. Siento que este LP intenta desesperadamente ser progresivo, y un disco tan transparente puede pasar para un debutante, pero Steven Wilson lleva muchos años en la cima como para excusarle. Siento que éste es el disco donde puedo mirar a los ojos a todo el mundo que critica a Steven Wilson diciendo que su prog de diseño es demasiado obvio y decir: "estoy con vosotros". Siento que The Raven that Refuses to Sing es el mejor disco de toda la carrera de Steven Wilson. Y que su mejor disco sea el que me haga sentir perder el tiempo, no puede ser buena señal.

martes, 8 de enero de 2013

Los Mejores de 2012, Final [Top 10]

Si hay algo más bloggero que los incesantes soliloquios con signos de puntuación demasiado escasos son los Top 10. En este Top intentaré resumir lo mejor de un año muy fructífero para el rock progresivo. Los tiempos han cambiado mucho desde los 70: el progresivo y el han pasado a ser hermanos inseparables, el monopolio de productividad ha dejado de estar en Reino Unido para mudarse a tierras más frías y los espejos sobre los que se reflejan las nuevas bandas han dejado de ser The Beatles y Yes. 

No obstante, si algo nos ha enseñado este 2012 es que el rock progresivo es más progresivo que nunca, expandiendo su definición hasta rincones impensables hace no demasiado tiempo. Esperemos que esta tónica sea la dominante el año que viene y que el rock progresivo no deje de avanzar. Mientras tanto, echaremos un vistazo a lo mejor de 2012.

Antes de empezar, un par de obviedades.

1. Sólo se incluirán discos de estudio. Nada de directos, ni de recopilatorios, ni de reediciones.
2. No he escuchado todos los discos publicados este año. Si hay alguna obra maestra que dejo fuera, probablemente es que no la he escuchado (ya hablaría de ella en otro post). Aunque también puede ser que no me parezca tan maestra.
3. Esta es mi opinión personal. Sólo mía. No intento aleccionar a nadie ni menospreciar ninguna otra opinión.

Dejando esto claro, empecemos: 

Número 10

Artista: Headspace
Álbum: I Am Anonymous
Género: Progressive Metal
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: Inside Out Music

Headspace presentan CV ante el abarrotado panorama de progresivo metálico de influencias dreamtheaterianas, y se convierten en una de las bandas a tener en cuenta en años venideros. Y es que una banda formada por el bajista de Steve Hackett (Lee Pomeroy), el colaborador recurrente de Arjen Anthony Lucassen (Damian Wilson) y el hijo del teclista más famoso del progresivo (Adam Wakeman) no podían entrar en la fiesta de forma discreta. I Am Anonymous es un sólido debut, el cual por desgracia no mantiene el nivel en su último tramo, pero compensado con creces con la calidad de una cara A muy digna. No es un disco perfecto, pero sólo estamos empezando.

Número 9

Artista: Beardfish
Álbum: The Void
Género: Eclectic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Suecia
Sello Discográfico: Inside Out Music

Tengo que ser totalmente honesto: no he seguido la carrera de Beardfish con demasiada atención. Había escuchado algún disco antiguo y sabía de su evolución hacia un sonido más metal, pero poco más. Así que cuando escuché The Void, lo hice sin tener en cuenta sus discos anteriores, algo que normalmente afecta a la impresión de un LP, pero que me ha servido para valorarlo por lo que es, y no por lo que debería ser. En este disco Beardfish entra con comodidad en la categoría de bandas de metal progresivo, pero consigue esquivar la etiqueta de clon de Dream Theater o de clon de Opeth (¿tan difícil es que tan pocas bandas lo consiguen?). No sólo eso, sino que tras la distorsión y la agresividad puedo entrever aquella banda que gastaba un estilo más cercano a Gentle Giant que a Queensrÿche. Y además, es un disco muy sólido. Desde la intro narrada de la primera pista te atrapa hasta el fin del álbum, y eso no es poca cosa. Quizá cuando profundice en la banda cambie de parecer, pero por ahora, The Void es uno de los discos del año.

Número 8


Artista: Magma
Álbum: Félicité Thösz
Género: Zeuhl
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Francia
Sello Discográfico: Seventh Records

Magma lleva un tiempo viviendo una segunda época dorada, habiendo facturado 2 de los mejores discos de su carrera. Christian Vander publica en Félicité Thösz un antiguo tema de directo, que ahora ve su lanzamiento de estudio. Es un disco excesivamente corto (apenas supera la media hora de duración), pero en él encontraremos quizá el LP más accesible de Magma, un sitio fantástico para que los no iniciados se adentren en la saga espacial.

Número 7

Artista: Neal Morse
Álbum: Momentum
Género: Symphonic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Estados Unidos
Sello Discográfico: Century Media

Neal Morse es uno de los músicos más queridos y respetados del panorama actual. Tanto su carrera en solitario, como el supergrupo Transatlantic, están considerados dos de los pilares fundamentales del progresivo actual, además de la innegable influencia que ha tenido su banda original, Spock's Beard, en la música actual. No obstante, desde Sola Scriptura parecía haber tomado un camino demasiado cómodo (primero con el mediocre Lifeline y después con el continuista y nada arriesgado Testimony 2). Momentum, en cambio, es el disco más fresco de Neal Morse en años, uno de los más variados de su carrera y, por fin, libre de propaganda cristiana en sus letras. Y por si fuera poco, una continuación de la saga Thoughts. Si eso no es meritorio, ya puede retirarse el padre del new-prog americano.

Número 6

Artista: Rush
Álbum: Clockwork Angels
Género: Heavy Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Canadá
Sello Discográfico: Roadrunner Records

Es tan gratificante hablar de este disco. Porque hablar de Rush es hablar de una de las bandas más influyentes e importantes de la historia del rock contemporáneo. Han escrito algunas de las páginas más gloriosas de la música moderna y tienen su lugar en la historia. Así que no es descabellado pensar que la banda se acomodaría y editaría discos de fácil agrado para los fans de largo recorrido, para después montar la rutinaria gira mundial, para tocar los rutinarios temas de siempre, quizá incluir un par de temas del último disco en el repertorio... En lugar de eso Rush presenta su mejor disco desde el clásico Moving Pictures, un LP totalmente apabullante, con una solidez increíble y, su mayor virtud, ese intento de autosuperación, propio de una banda de poca vida, pero tan escasa en los viejos dinosaurios. Clockwork Angels es un Rush intentando conseguir el codiciado 11 sobre 10, el sexto tenedor. Una banda que lo tiene todo, ¿por qué se molesta? Después de escucharlo, la pregunta cambia: ¿por qué no se molestan el resto de grupos?

Número 5

Artista: Ian Anderson
Álbum: Thick as a Brick 2: Whatever Happened to Gerald Bostock?
Género: Progressive Folk
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Reino Unido
Sello Discográfico: EMI

Puede parecer un movimiento demasiado poco atrevido, pero hacer una secuela de uno de los mejores discos de toda la historia es algo con lo que hay que ir con mucho cuidado y mano firme. Ian Anderson no sólo consigue un álbum a la altura del original, sino que consigue el Santo Grial de las secuelas: otorgar a cada parte una identidad diferencial. Thick as a Brick 2 crea más leit-motivs de los que recupera, rompe más moldes de los que recicla, y le añade una nueva vuelta de tuerca a la ya de por sí enrevesada parodia. Se hace algo extraño escuchar un disco de Jethro Tull o de Ian Anderson sin su fiel escudero Martin Barre, pero la música de este LP justifica con creces el volver a capar el anonimato de Gerald. Si Rush redefine el concepto de "nuevo lanzamiento de banda clásica", Ian Anderson redefine el concepto de "secuela sacacuartos".

Número 4

Artista: Änglagård
Álbum: Viljans Öga
Género: Symphonic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Suecia
Sello Discográfico: Änglagård Records

Lo de Änglagård es propio de una película de Kevin Smith. Llegaron de la nada e hicieron temblar el mundo con el perfecto Hybris y el igual de excelente Epilog. En 3 años habían aportado más al rock progresivo que Dream Theater y Fates Warning juntos, y después de plantar la mayor mina antitanque jamás recordada, volvieron a las sombras. Durante mucho tiempo se especuló con el regreso de la banda, pero daba igual qué hicieran, las expectativas eran tan altas que ni la mayor de las obras maestras iba a poder librarlos de la más absoluta de las decepciones. No sólo no han defraudado a nadie, sino que Viljans Öga eleva al más alto de los cielos a la banda sueca. Una combinación de lo aprendido en sus dos anteriores LPs (la epicidad y consistencia de Hybris con el folk y la instrumentación menos convencional de Epilog), este LP contiene tan sólo 4 temas, pero el mimo y el seso volcados en ellos es suficiente como para aguantar otros 18 años de sequía compositiva.

Número 3

Artista: The Trio Project
Álbum: Move
Género: Jazz Fusion
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Japón
Sello Discográfico: Telarc

Segundo LP de la nueva formación de Hiromi Uehara y segunda obra maestra consecutiva. Un disco donde la melodía lleva el peso dominante, desde la sorprendentemente oscura Move hasta la divertida Margarita!, Hiromi vuelve a deleitarnos con su sobrenatural talento para escribir jazz complejo de rápido tarareo. Destaca la trilogía titulada Suite Escapism, ya que no escribía ninguna pieza episódica desde su disco en solitario Place to Be. En esta ocasión los moogs quedan en un segundo plano, salvo en algunos momentos puntuales, y de forma bastante más coherente y menos empastada que en los anteriores intentos. Un LP colosal, quizá el mejor de toda la carrera de la pianista, falto de fisuras y cargado de buena música. Perfecto para fans del jazz fusion más pianístico y más perfecto aún para introducirse en el género.

Número 2

Artista: Motorpsycho and Ståle Storløkken
Álbum: The Death Defying Unicorn: A Fanciful and Fairly Far-Out Musical Fable
Género: Eclectic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: Noruega
Sello Discográfico: Rune Grammofon

¿Una banda de progresivo del norte de Europa que no es sueca? Sólo por eso Motorpsycho entran en este top, pero es que además han publicado un auténtico discazo. Después del sólido Heavy Metal Fruit, la banda presenta con este pomposo título una epopeya que baila con comodidad entre el hard, el jazz y el space rock, haciéndolo un poco duro en sus primeras escuchas. Un doble LP cargado de vientos madera, donde se narra el viaje de un ladrón reformado a grumete en su epopeya por tierras desconocidas. Con una amplia mayoría de pasajes instrumentales, The Death Defying Unicorn puede considerarse uno de los conceptuales más visuales de la última década (contrastando con la esterilidad de la portada). Siendo co-compuesto por el teclista Ståle Storløkken y con aportes ajenos a la banda, es fácil ver por qué no suena a una réplica continuista del Heavy metal Fruit. O quizá, simplemente entienden el rock progresivo como lo que debería ser realmente. Progreso. Una maravilla de obra, imperativa para entender la música de nuestro tiempo. The Death Defying Unicorn es el intento más serio de destronar Quadrophenia y demás conceptuales intocables desde Snow de Spock's Beard

Número 1 

Artista: Kotebel
Álbum: Concerto for Piano and Electric Ensemble
Género: Symphonic Progressive Rock
Año de Publicación: 2012
País de Origen: España
Sello Discográfico: Musea

Increíblemente refrescante encontrarme con este disco. En una mundo donde el progresivo emergente se mantiene en simbiosis con el metal (y éste, a su vez, es cada vez más y más agresivo y denso), los españoles Kotebel editan un disco cargado de sinfonismo, totalmente libre de guturales (de hecho, es totalmente instrumental), donde Béla Bartók, Hammonds y diseños rítmicos propios de Gentle Giant copulan sin cesar, sin recurrir al tópico Trianesco y que supone el mayor golpe de frescura en un país cansado. Un LP que, pese a haber sido editado en 2012, respira clasicismo por todos sus poros. Con una dualidad de vinilo muy marcada (la cara A formada por el Concerto en sí y la cara B por el resto de temas), este disco junta progresivo del más británico, jazz fusion con tintes étnicos, folk à la Mike Oldfield, alocados teclados, efectos sonoros y demás parafernalia (premio a quien detecte el guiño evidente a San Jacinto escondido en el álbum) y un piano (interpretado de forma brillante por Adriana Plaza) que recuerda a Arthur Rubinstein y a Keith Emerson a partes iguales. Carlos Plaza ha orquestado una obra maestra de nuestro tiempo, un álbum que no teme a los peces gordos del mundillo, habiendo sido publicado el mismo año que uno de los mejores conceptuales de la historia, un álbum al que sin dudas deberíamos volver a mirar pasado el tiempo. Un álbum que se alza como el mejor del segundo año más progresivo desde 1976. El mejor LP de 2012.

miércoles, 2 de enero de 2013

Los Mejores de 2012, Parte II

Si hay algo que caracteriza estos tiempos que nos toca vivir no es sólo la cantidad de música nueva que aparece, sino la aún mayor cantidad de música vieja que vuelve a aflorar en forma de remasters, remixes, reediciones, regrabaciones y demás palabras con el prefijo "re". Veamos cuáles han sido las formas más creativas de este pasado año de volver a quitarnos nuestro dinero.

Top 3 Reediciones de 2012

Número 3

Mike Oldfield: Platinum [1979]

Uno de los mejores discos de Mike Oldfield, pero que desgraciadamente siempre ha sido acompañado por un sonido muy mediocre. No sólo se le pone remedio en esta remasterización, sino que lo acompaña un segundo CD con un directo de la época, donde podemos disfrutar de Oldfield en su mejor estado guitarrístico. La única pega es la omisión del corte original Sally, que fue eliminado en su momento por Richard Branson y que no ha sido recuperado en esta reedición.

Número 2

Jethro Tull: Thick as a Brick [1972]

Para muchos, el mejor disco de Jethro Tull y el mejor disco de rock progresivo de la historia. No sólo es un LP musicalmente sublime y de un contenido lírico cercano a lo divino, sino que ha envejecido mejor que muchos vinos de prestigio. Las atentas manos de Steven Wilson hacen de esta remezcla la definitiva edición de Thick as a Brick, aunque si bien el cambio entre mezclas no es tan grande como en Aqualung (en parte porque la mezcla original de este disco ya era muy buena). Imprescindible.

Número 1

King Crimson: Larks' Tongues in Aspic [1973]

¿El mejor y más variado disco de King Crimson, con su mejor formación, remezclado por Steven Wilson (cómo no), en una lujosísima edición compuesta por 13 CDs, 1 DVD y 1 Blu-Ray, conteniendo multitud de contenido en directo, así como improvisaciones en estudio y demos para observar el proceso evolutivo de las canciones? Si a alguien se le ocurre algo mejor que me lo haga saber.



Top 3 Regrabaciones de 2012

Número 3

Rick Wakeman: Journey to the Centre of the Earth

Cuando pensamos en rock progresivo pensamos en incesantes solos de moog, complejos contratiempos, capas horteras y una puesta en escena exacerbada. Rick Wakeman es la definición de rock progresivo y del por qué de su declive. Su mejor y más completo disco, al igual que el Concerto de Jon Lord, sólo fue editado como disco en directo (en este caso para recortar gastos) y debido a las limitaciones del soporte de la época, tuvo que omitir diversas secciones de la obra. Esta regrabación de Journey to the Centre of the Earth nos presenta no sólo la pieza íntegra, sino un sonido prístino a la altura del mejor momento de Rick Wakeman.

Número 2

Jon LordConcerto for Group and Orchestra

Una de las mejores fusiones de instrumentación rock y orquesta sinfónica de todos los tiempos. Compuesto en 1970, no ha sido editado en estudio hasta este año, con invitados especiales de la talla de Bruce Dickinson o Steve Morse. La calidad de la grabación mejora con creces el directo original, si bien parte de la fuerza se ha perdido por el camino. Un hermoso punto y final a la carrera de Jon Lord, que tras la regrabación murió de cáncer de páncreas.

Número 1

Steve Hackett: Genesis Revisited II

Segunda rendición del legendario guitarrista de Genesis a su banda. Si el primer Genesis Revisited estaba caracterizado por agregar muchos cambios y giros a los temas clásicos del grupo británico, este segundo volumen es más fiel a los originales. Lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿qué necesidad hay tras este lanzamiento? Bueno, estoy convencido que el aumento de las arcas personales de Steve es motivo suficiente para él, pero no sólo se trata de eso. Genesis Revisited II es una oda de amor a una época ya pasada, una obra cuya mejor característica es su artesanía más que la cantidad de moldes rotos, a una manera de entender la vida quizá ya no está de actualidad, pero que jamás será ignorada. Genesis Revisited II es la muestra de que el único miembro orgulloso del legado de la banda es Steve Hackett, pero no sólo él lo demuestra, sino el insultantemente gigante número de apariciones estelares que rodean el LP. Un perfecto añadido a los viejos fans de Genesis y una forma perfecta de acercar al viejo rey Cole a los que desconozcan la banda. Genesis Revisited II es la ejemplificación perfecta de por qué 2012 es el resurgir del progresivo.